“Me parece incorrecto que una escuela imparta algo que para cuando los alumnos egresen ni siquiera habrá mercado para ellos. Las escuelas de fotografía deben enseñar tecnología digital”.
Londres. Cuando Pedro Meyer predijo el fin de la fotografía análoga, hace 15 años, el mundo se le fue encima. El artista mexicano fue pionero en la producción digital de imágenes y sigue rompiendo barreras. Su proyecto, Herejías, creará un nuevo paradigma en lo que se refiere a la exhibición de fotos en museos. Se trata de una retrospectiva de su trabajo que comprende 40 años de labor y que abrirá en octubre de 2008, de manera simultánea, en 100 museos de diferentes ciudades. Meyer es considerado uno de los fotógrafos más innovadores y el primer artista multimedia del mundo.Fue en 1991 que el artista publicó Fotografío para recordar, el primer CD ROM que combinaba sonido e imagen digital. La obra es una impresionante galería de fotografías en blanco y negro sobre el ocaso de la vida de sus padres presentadas con una banda sonora en la que Pedro Meyer comparte sus reflexiones sobre el dolor, la muerte y el desafío de tomar esas imágenes.
En 1994, Meyer creó zonezero.com, un foro fotográfico en Internet que se convirtió en el albergue de más de mil artistas jóvenes de la lente y —con un promedio de 500 mil visitas al mes— en la página de fotografía digital más visitada.¿Es más fácil mentir en la era digital? ¿Cuál es el futuro de la fotografía? ¿Qué cámaras utiliza? Pedro Meyer respondió a las preguntas de los lectores en BBC Estudio Abierto.
Usted decidió en algún momento dejar la fotografía análoga para dedicarse a la producción digital, cambió los laboratorios por las computadoras, ¿cómo sucedió esto?
En esencia yo soy muy flojo y lo digital es tanto más fácil, entonces no fue muy complicado llegar a la conclusión de que con lo digital podía yo hacer todo de una manera mucho más sencilla, mis ganas de mártir de trabajar en el cuarto oscuro, nunca estuvieron ahí.
Eso provocó muchas críticas. Cuando usted empezó a dedicarse a la imagen digital le dijeron “cómo es posible que siendo un fotógrafo se dedique a esas tonterías”. ¿Cómo reaccionó a esas críticas?
Lo comprendía, en el sentido de que generalmente hay una resistencia en la gente a los cambios. Todavía hoy en día, con toda la evidencia que hay de que lo digital es la única manera sensata de hacer fotografías, hay no pocas gentes que se aferran a la idea de trabajar en cuarto oscuro.
Sabiendo que toda su vida ha sido contra el pensamiento de los demás y sabiendo que eso podía perjudicar su carrera y su vida, ¿cómo sabía que estaba tomando la decisión correcta?
Uno nunca sabe, uno nada más sigue lo que cree que es lo más probable. La evidencia que yo tenía me indicaba que las cosas se iban a ir por ese rumbo, pero así como saber, saber, pues no.
¿Qué opina en esta era digital y de manipulación de la imagen, de esa frase que dice “la cámara puede mentir si el fotógrafo es mentiroso”. Y una segunda pregunta, ¿de qué vamos a comer los fotógrafos en el 2025?
La cámara siempre ha mentido, no tiene nada que ver con la era digital. La subjetividad de quien fotografía determina todo porque si yo escojo un ángulo en una dirección o en otra cambian mucho las cosas. Cuántas imágenes no conocemos en que los pies de foto alteran completamente el contenido.
Si pensamos por ejemplo cómo utilizaron la fotografía para probar que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva, las Naciones Unidas usaron fotografías para querer probar eso. Inclusive tengo un editorial en Zona Cero en donde digo ¡cuidado! No es posible que alguien pueda decir en las Naciones Unidas —el general Colin Powell, secretario de Estado en ese entonces de EU— que la evidencia que tenían ahí, las fotos, eran prueba de que Hussein tenía armas de destrucción masiva.
Yo hice un editorial en ese momento diciendo que eso era imposible, que con las fotografías se podía manipular lo que uno quisiera y eso no era evidencia de nada. Y lo interesante es que un año después Colin Powell pidió una disculpa pública por haber usado fotografías de una manera que era justamente lo que yo estaba diciendo.
© Pedro Meyer "Encuentro Religioso en Times Square", EEUU, Nueva York, de 1993
¿No es una fotografía una representación de la realidad?
Es una representación de la realidad que no necesariamente implica que esa es la representación correcta. No podemos nosotros considerar que la fotografía es un testimonio fehaciente de nada, más que de la intención de la mirada de un fotógrafo. En todo el periodismo escrito, por ejemplo, ninguna publicación seria publica las notas de alguien, de algo importante, sin haberlo referenciado al testimonio de otra gente. La fotografía es el único medio en que el testimonio es la fotografía misma.
¿Qué opina de los fotógrafos que se aferran a métodos tradicionales para hacer su trabajo? Yo tengo un respeto muy grande por la diversidad y los gustos y las preferencias de las gentes. Sí tengo problemas en relación a las escuelas porque me parece incorrecto que una escuela imparta cursos de algo que para cuando salen egresados los alumnos ni siquiera hay mercado para ello. Y eso lo hacen mayormente las escuelas porque como no tienen el dinero para equiparse con nuevas tecnologías, siguen impartiendo las viejas de una manera irresponsable porque cuando los alumnos salen egresados no saben ni siquiera qué hacer con lo que aprendieron porque no hay mercado para eso.
Entonces ¿qué deben enseñar en las escuelas de fotografía?
Tecnología digital
¿Se pierde algo al pasar al mundo digital?
Ahora las cámaras duran un par de años a lo más y ya están superadas, si no es que antes, con nuevas herramientas. Uno de los planteamientos que los fotógrafos no han hecho suficientemente es con respecto a los costos, en relación a los costos del pasado, en el sentido de que si una cámara me costaba tantos miles de dólares y me duraba toda la vida, ¿cómo va a ser posible que me va a durar sólo dos o tres años?
El problema es que se olvidan que la película ya no costó y entonces lo que yo me ahorro de película en trabajar durante unos cuantos meses, cuatro o cinco meses, ya pagó por la cámara. El hecho de que yo la pueda vender a alguien que está empezando me recupera una parte, pequeña si se quiere, pero algo recupero, y ya recuperé el costo de la cámara porque no me costó la película y estoy listo para adquirir el nuevo modelo con la nueva tecnología.
Y como está creciendo cada vez más la capacidad de las cámaras y cada vez son más sensibles y más eficientes, hay que estar pendiente todo el tiempo del proceso mismo de la cámara. Es una reflexión que vale la pena considerar en todo este proceso.
Yo siempre estoy cambiando mis cámaras porque quiero ver qué puedo hacer con una nueva cámara. Generalmente nada más es el cuerpo el que cambia porque los lentes siguen siendo aprovechables igual de un modelo al otro.
Ahorita estoy usando varias cámaras: una Nikon D300, una Leica M8. Luego estoy usando también una pequeña Panasonic Lumix 2, que tiene un formato de 16x9 que es fantástico y tiene una calidad excepcional y que tiene archivos de 12 megas. Y además es económica y chiquita, es un placer trabajar con ella.
© Pedro Meyer / Japón, Tokio, Septiembre de 2006
Espejito, espejito, vuelve a ser hereje: ¿hacia dónde vamos y qué desaparecerá más temprano que tarde? Viendo hacia el futuro, una de las cosas que me pregunto todo el tiempo es entender que va a proliferar el concepto de la distribución gratuita de la fotografía. De hecho, una de las preguntas anteriores era cómo íbamos a comer los fotógrafos en el 2025.
Si vemos el ejemplo de una manera exagerada, toda la fotografía que circula en Internet va a ser libre y eso es difícil de detener y de cambiar. Y no nada más para la fotografía, la economía para la música, para el cine, el video, la literatura, en fin, todo lo que son valores intelectuales que en el pasado se anclaban en la posesión de ese objeto de una manera van a tener que transformarse de otra manera.
¿Cómo vislumbra la fotografía dentro de 10 o 15 años? Pienso que va a haber un énfasis más grande para sobrevivir en la venta de objetos que son físicos al mismo tiempo que existe la proliferación de los objetos digitales. Un ejemplo muy bueno es recientemente lo que pasó con el grupo de rock Radiohead, en Inglaterra, que puso su álbum en línea y le dijo a todo el mundo que lo bajara y que pagara lo que quisiera.
Mucha gente los bajó y cuando salió el disco físico lo compraron también y se convirtió en el número uno de ventas. Yo creo que la distribución gratuita o semigratuita hizo que mucha gente se enterara de algo que les gustó. Entonces lo que tienes que tener es algo que a la gente le agrade, le interese, le sirva, le sea útil. Si uno tiene algo que ofrecer la gente va a estar dispuesta a pagar por eso.
Yo creo que hay muchísimas posibilidades reales para que un fotógrafo sobreviva bien porque además no hay que olvidar que somos contadores de historias y las historias siempre se van a seguir contando a lo largo de toda la existencia humana.
Ya todo lo demás es totalmente casual y sujeto a los vaivenes de la realidad sobre la cual ¡qué sabemos que va a pasar! Pero los sentimientos para la gente más cercana son los más importantes.
© Pedro Meyer, 2004
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