miércoles, 30 de noviembre de 2011

Archivo Philippe Salaün au Pérou

Ex Director de la BNP, Hugo Neira y Alfredo Vanini


Biblioteca Nacional del Perú recibió importante donación


San Borja 2009. La visión del fotógrafo francés no es turística, ni miserabilística, todo lo contrario, es humanista, fueron algunos de los elogios que el Director de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) Hugo Neira expresó sobre el trabajo de Philippe Salaun, tras recibir las 51 imágenes que fueron donadas a la primera institución cultural.

Salaun retrató nuestro país entre los años 2001 y 2005, periodo en el cual visitó nuestro país en diversas oportunidades y tuvo la ocasión de visitar ciudades como Piura, Iquitos, Cusco, Lima, Puno, Ica, Lambayeque.

En noviembre del año 2008, el consultor cultural de la BNP, Alfredo Vanini visitó Francia por invitación del gobierno de ese país, y durante su estadía se encontró con Salaun, quien le solicitó que donara este conjunto de fotografías denominada “Ça, c´est le Pérou” (“Esto es el Perú”) -que ya fueron expuestas por la Alianza Francesa en todo el país- a la BNP, encargo que Vanini ha cumplido cabalmente.

Durante la ceremonia Vanini leyó un breve texto escrito por Salaun para la ocasión, en algunas de las líneas el fotógrafo dice que tomó las fotografías “para que los peruanos se reconozcan en ella, y reconozcan a sus compatriotas”.

El fotógrafo francés demuestra una vez más, el enorme cariño que tiene por nuestro multicultural país, pues el año pasado nos donó “África ida y vuelta”, exposición suya que plasma a la comunidad afrodescendiente en Bolivia.

Una de las fotografías donadas por fotógrafo francés

Postales de Cajamarca

Investigación de Verónica Janssen

Edición: Antares Artes y Letras

Yanacocha 2002

lunes, 28 de noviembre de 2011

Magnum / Hojas de Contacto



Nadie programó su obsolescencia. Y nadie, tampoco, ha tenido la osadía de escribir su obituario, por la sencilla razón de que, pese a su evidente declive, se resiste a morir. Pero la lenta desaparición de la hoja de contactos, tan íntimamente ligada a la fotografía analógica, anticipa la muerte, a manos de la tecnología, de una manera de retratar la realidad e imaginar la fantasía.

Ahora, el duelo por la pérdida ha quedado plasmado en el libro Magnum. Hoja de contactos (Blume / Thames & Hudson), una obra que tiene un cierto aire de honras funerarias -aunque no en sentido literal-, pero en la que priman la admiración y la curiosidad. También en la acepción de "vicio que lleva a alguien a inquirir lo que no debiera importarle" (DRAE). El volumen, editado por la comisaria asociada del Centro Internacional de Fotografía (ICP) Kristen Lubben, podría servir de "epitafio", según la expresión acuñada por Martin Parr. De hecho, una conversación con este miembro de Magnum y arqueólogo insaciable de los libros de fotografía fue lo que llevó a la autora a proponer un recorrido por la historia del siglo XX a través de las pruebas de los miembros de la agencia. Un proyecto editorial que, lejos de ofrecer una mortaja, ofrece un in memoriam... en vida.

La descripción con la que la autora introduce al lector en este opus magnum es elegiaca: "El libro recorre el desarrollo y la desaparición de un método de trabajo antaño tan omnipresente que llegó a considerarse como una parte inextricable del proceso fotográfico: el empleo de las hojas de contactos como registro de las tomas propias, como herramienta de edición y como índice de un archivo de negativos". En su introducción a los archivos de la agencia fotográfica fundada tras la II Guerra Mundial, Lubben intenta hacernos comprender el papel que juegan en el proceso de creación esos registros que Henri Cartier-Bresson (cofundador de Magnum) desaconsejaba exponer a la vista del público porque "están llenos de tachaduras, de detritus". La única excepción a la fotografía química que se ha permitido la autora en el libro es la captura de pantalla del programa de edición con el que Mikhael Subotzky, que trabaja con película de color, edita sus contactos digitales tras escanear los negativos.

Por mucho que en esas hojas permitan descubrir errores de exposición y encuadres malogrados, la palabra que viene a la mente cuando se ven las más de 500 páginas de este libro es embeleso por su invitación a adentrarse en un mundo desconocido para las personas ajenas al fotógrafo.

La doble fascinación ante la inevitable imperfección del fotógrafo y la brillantez de una imagen, por fin, conquistada, se une a la sensación de asistir a las bambalinas de un espectáculo puesto en marcha por fotógrafos de la talla de Robert Capa, Marc Riboud, Inge Morath, René Burri, Leonard Freed, Thomas Hoep-ker, Josef Koudelka, Susan Meiselas, Abbas, Raymond Depardon, Jim Goldberg, Cristina García Rodero, Alec Soth y Antoine d'Agata, entre otros.

¿Cuál es el propósito de este libro? "Me di cuenta de que se había escrito poco sobre las hojas de contactos per se, exceptuando las referencias en algunos catálogos o las reflexiones de Peter Galassi [excomisario responsable de Fotografía del Museo de Arte Moderno de Nueva York]", señala Lubben en conversación telefónica con EL PAÍS. Como era de esperar, la curiosidad inicial se convirtió en ansia de conocimiento. "Me intrigaba su relevancia, su significado. Entendí este proyecto de libro como una oportunidad para aportar un poco de contexto histórico sobre el criterio y las actitudes de los fotógrafos". La editora destaca la colaboración recibida por parte de Magnum y sus fotógrafos, así como de los herederos de los autores fallecidos. "Participaron codo con codo, tomando decisiones y dando su opinión".

Y ese diálogo tiene su razón de ser. "Para un fotógrafo", explica Lubben, "enseñar sus hojas de contactos supone un gesto de confianza muy grande". Y recuerda que Magnum es un colectivo fundado como cooperativa. "El hecho de poder compartir tu trabajo y ver el de otros colegas ha formado siempre parte de lo que suponía entrar en Magnum". El sentido de pertenencia a una colectividad, la atmósfera colegiada... "Sí, se puede decir que es un acto de fe", concluye. Entre las interacciones que se producen en esa apertura a la mirada crítica (en un ambiente de reciprocidad) también está el diferente criterio acerca de la calidad. ¿Eligió el editor la mejor foto o erró en su apreciación? Para Lubben, esa diferencia de criterios vuelve a encajar con la esencia del proceso de edición, ya que "diferentes personas tendrán diversas opiniones. Unos darán prioridad a la captura del momento decisivo dentro de una acción, otros tendrán prioridad a la singularidad de imágenes como las de los bulldogs de Elliot Erwitt en Nueva York". Hay interrogantes que tienen que ver con el criterio informativo. Por ejemplo: la imagen elegida ¿refleja con veracidad lo que vio el fotógrafo? ¿Hubo manipulación en la selección? John G. Morris, el primer editor ejecutivo de Magnum, afirmaba en sus memorias (Get the picture): "La mentira está en las cosas que no han sido fotografiadas. El mundo está lleno de ellas".

Otra de las cuestiones que afloran es lo que hemos ganado y perdido con el paso de la fotografía analógica a la digital, en la que las hojas de contactos han sido sustituidas por los discos duros. "Seguimos en transición. Temo que no tengamos acceso a todo este material, a fotografías que podrían parecer irrelevantes en el momento de ser capturadas". A modo de ejemplo, cita el archivo de las fotos de Robert Capa y Gerda Taro que alberga el ICP. "Mucho de lo que hemos hecho [en materia de difusión] no se corresponde necesariamente con las imágenes que fueron publicadas en su momento, sino con otras fotos que han quedado registradas en negativos y hojas de contacto. Habrá que ver cómo aguantan los archivos digitales con el paso del tiempo".

En el lado positivo, "ahora hay más posibilidades para el multimedia, para compartir información y acceder al medio en general, pero desde luego estamos en medio de un proceso de cambio masivo", reflexiona no sin nostalgia: "Algo se ha perdido".



Texto completo tomado de acá

Fotografía Japonesa Contemporánea


Esta muestra itinerante, presentada por la Fundación Japón, refleja una visión general de la diversidad de expresión fotográfica que surgió en Japón desde la década de 1970, y que reúne 76 imágenes de 23 fotógrafos, gracias al proyecto del investigador Rei Masuda, curador del Museo de Arte Moderno de Tokio.

La exposición estará abierta al público hasta el miércoles 30 de noviembre en el Centro Cultural Peruano Japonés.

sábado, 26 de noviembre de 2011

viernes, 25 de noviembre de 2011

Lonely Mine



Esta crónica y más fotos en la web de Antonio Escalante.

jueves, 24 de noviembre de 2011

DeCierto de Musuk Nolte


Musuk Nolte hace un juego de palabras entre desierto y decir, para reflexionar sobre la condición del desierto como espacio contenedor de situaciones sociales.

En este proceso, Nolte juega con elementos simbólicos de las invasiones y nos confronta con imágenes que juegan con la abstracción de los símbolos de esta realidad social.

Existen dos elementos claves, la estera y la bandera, que son utilizados en las imágenes de Nolte. La primera deja un rastro, sugiriendo la acción humana y cumpliendo un papel simbólico. Por su lado la bandera, es parte fundamental de una invasión, es una suerte de aval de un acto ilegal, pero más allá del concepto, está el interés en el carácter performático.

La poética del desierto se equilibra con los significados que ha ido cobrando a lo largo de la historia. Un espacio en el que las cosas suceden en silencio, en que el vacío es testigo y se carga de significados.

Galería Lucía de la Puente - Barranco

Sala de especiales proyectos
Del 24 de noviembre de 2011 al 6 de enero de 2012

Ingreso Libre

Amazonas Peruanas









Fotos y montaje: Leisy Von Suarez / Alpasoperuano.net

miércoles, 23 de noviembre de 2011

فن عاري

Festival Rockacho









Plaza de toros de Acho - Rimac 1986.
Registro de Herbert Rodriguez / http://controversiarte.blogspot.com/

martes, 22 de noviembre de 2011

Miguel Angel Coquis

Entrevista a Roberto Huarcaya en Agencia Peru

Roberto Huarcaya (Lima 1959) estudió psicología en la Pontificia Universidad Católica; sin embargo, la gran pasión de su vida es y será el cine. La imagen siempre le interesó. Por eso, participó en algunos talleres sobre este tema en Perú hasta que partió a Madrid, donde estudió fotografía. Desde entonces ha participado en muchas exposiciones y bienales. Actualmente es director del Centro Fotográfico “El Ojo Ajeno”.
En esta oportunidad conversamos sobre su trabajo.

Entrevista Roxana Chirinos / Agencia Peru.com


Sección Cultural 2006.





¿Cómo nace el interés por la fotografía?
Nace como algo casual. Inicialmente me interesó más el cine. Estudié un año en el taller de Robles Godoy, en el Instituto Italiano de Cultura. Como no podía hacer cine porque en paralelo estaba estudiando psicología, ingresé a un taller de fotografía. La intención era seguir formándome en lo visual. Mi idea era aplicar lo estudiado en el cine. Es en el taller de la Araña, con Eduardo Gonzáles, que de alguna forma se me abrió el universo fotográfico en sí. A partir de allí me engancho. Un año después cierro el consultorio y me voy a Madrid, a estudiar fotografía.

¿Es doloroso tu proceso creativo?
Es una mezcla. Para mí es como un parto. Donde hay algo maravilloso que va creciendo contigo. Vas disfrutando el proceso. Ves cómo va adquiriendo cuerpo y consistencia, cómo va madurando y comienza a independizarse de uno, hasta que nace, es decir las expones… y te expones. Ahí me entra una especie de depresión post parto. Ya no me pertenece.

Hablando de tu trabajo. Cómo llegas a esa fuerte comunicación ¿planificas cada paso?
Tengo dos líneas de trabajo bien diferenciadas. Una, parte de un concepto. Es necesario un periodo de investigación: lecturas, textos, cosas paralelas trabajadas en otros medios. Es casi un bosquejo de la estructura de la propuesta. Después, hacer fotografía es concretar lo ya visualizado casi al cien por ciento. Esta es una forma de construir imagen. La otra es más espontánea. Las imágenes surgen más intuitivamente. Le doy un valor y libertad a esta intuición para que siga construyendo. No tomo mucha conciencia ni reflexiono mucho. Va creciendo por un periodo relativamente largo: un año, seis meses. Llega el momento. Lo asumo, lo analizo y trato de ordenarlo. Siempre al final encuentro que es una especie de anticipo del inconsciente que construye algo anticipándose a mi “Roberto conciente”. Como si hubiera dos formas de construir, y en ambas me siento cómodo. Se dan la mano y se nutren nuevamente.

Unos de los valores que tiene la fotografía es rescatar el instante. ¿Prescindes de eso?
En los términos en que está concebido por Cartier Breson, prescindo totalmente. No creo en el momento preciso, respeto la gente que trabaja eso, pero mi posición es claramente utilizar la cámara de una manera subjetiva. La imagen como ficción. Siempre. Mi forma se centra más en construir que en buscar. Construyo situaciones donde se me facilite cosas que me interesen. De repente ahí sí busco momentos. La diferencia es que parten de un manejo de control sobre la escena. Imágenes construidas como si fueran pintura.

Entonces, haces la literatura de tus fotos, creas historia…
Claro. Mis trabajos forman un grupo de imágenes. No hay imágenes sueltas con sentido unitario. Son estructuras que están enganchadas entre sí. El conjunto es el que le da sentido a la obra. La idea es que sea un cuerpo de trabajo. De un grupo mínimo de imágenes.

En los paneles de luz se nota un trabajo más complejo.
La composición se acerca más a una descripción, como por ejemplo pictórico o de narrativa literaria, en donde hay una historia al interior de cada macro escena. En fotografía sería muy difícil en términos analógicos construirla. En esa línea de trabajo planteo irme al fragmento, a unidades mucho menores que las asumo como parte de un todo. Son como un texto narrativo en donde se va asociando las partes. Estas se van haciendo cada vez más complejas y más complejas.

¿Prefieres la foto en blanco y negro o a color?
Creo que cada propuesta requiere su tono. A veces se potencia el trabajo en blanco y negro; otras el color. Depende. En mis trabajos más clásicos me interesa el registro en blanco y negro. Se concentra sobre el sujeto y no sobre la iconografía. En los trabajos más experimentales, el color se convierte en parte esencial de la propuesta. En término de experimentación para jugar. Hay algunos que crecen y se refuerzan con un tipo de trabajo y otros con el otro.


En tus fotos se nota rasgos de psicología.
Me formo como psicoterapeuta por un interés previo. Obviamente mi formación genera una lectura sesgada por ella misma. Tanto en términos temáticos como formales, aplico algunas teorías de la psicología que manejo y que son parte de mi formación. Me da parámetros y creencias con las cuales construyo.


La naturaleza y el paisaje no están entre tus preferidos
Me interesan las ciudades. No me iría a descansar a una playa. Prefiero las ciudades movidas donde haya cultura y gente

El tema de la muerte, las figuras fetales ¿están asociadas a algo?
Están asociadas a un temor. Al cambio constante, al proceso. Son fantasías mías, relacionadas en general al tiempo y en particular al tiempo sobre el ser humano. No miro la vejez como un deterioro y fin. Son los cambios constantes que generan cualquier cosa viva lo que me interesa. El envejecimiento, en términos de lectura no significa pena: me parece hermosa. Es una especie de toma de conciencia: rescatar o respetar lo viejo. Ya estamos más viejos que cuando empezamos la entrevista. En términos de la cultura occidental se rechaza mucho la muerte. Se la ve como fin absoluto. No lo vivo ni lo siento así. Estas transformaciones las interpreto de peso. Interesantes y sobre todo “disfrutables”. Placentero también.

¿Existe alguna relación de las fotografías sobre la muerte con las momias peruanas?
Definitivamente sí. Tanto físicamente y visualmente. Pero de ahí no he partido. Es otra la idea. Sobre las fotos de los carros hay personas que hacen la misma asociación. Me dicen que algunas se parecen a la apertura de un fardo. Probablemente a la hora de mi trabajo tenga teorías culturales peruanas que emergen. No creo que sean casuales. Tiene que ver también con la conservación del cuerpo y algún tipo de ritual con la muerte. Entonces en general sí tiene que ver un poco. Pero no puntualmente. En todo caso no hay una referencia directa.



¿Cómo ves la fotografía en el Perú?
La veo fortísima. Nuevas visiones y panoramas surgen de novedosos fotógrafos: La Rosa, Billi Hare, Javier Silva, Mariella Agois comienzan a sonar en términos de gente que tiene interés por la fotografía. En los Ochenta en la Universidad de Lima se da el primer Coloquio de Fotografía Peruana, donde un grupo de mi generación (Juan Enrique Bedoya, Flavia Gandolfo, Milagros de la Torre, Salcedo, Antonio Ramos, Luz maría Bedoya) nos conocemos. Es una especie de segunda ola, con una visión distinta al modernismo más tradicional del grupo anterior, donde resumen la fotografía como una herramienta sencillamente de ficción. La nuestra es exactamente más abstracta. Con intenciones globalizadas. Ahora hay un tercer o cuarto grupo de generaciones de jóvenes con mucha vitalidad y fuerza.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Cabo Blanco Fishing Club












Photos: Frank Scherschel. Archivo Revista LIFE 1959.

España / Piedad Isla

sábado, 19 de noviembre de 2011

Max Pam

Sudaca Fotos / Pisco





Pisco Ica 10 2007 - Sudaca Fotos