jueves, 6 de octubre de 2011

Jorge Sáenz / El Embudo
















La cárcel de menores en Paraguay, tal como existe actualmente, es sólo un castigo sin rehabilitación, una imposición arbitraria que no busca enseñar ninguna norma. Su único objetivo es que el preso sufra, se sienta mal, y experimente la humillación. No es más que una represalia.

Los presos precoces no hacen mas que satisfacer las ansias de venganza de un grupo social que debe exorcizar sus demonios más profundos para dormir un poco más tranquilo cada noche. Porque la sociedad es miedosa. Y muy rencorosa. Pero muy pocas veces dirige su afán vengativo hacia los causantes de sus males. La mayoría del tiempo realiza ejercicios sádicos de venganza en la persona de los más débiles de todos, los que no pueden responder.

Según la nómina del Panchito López (El Embudo), en el mes de mayo de 1997 había 255 adolescentes encerrados con edades entre los 14 y 19 años.


Fotos y texto: Jorge Sáenz
http://www.zonezero.com/exposiciones/fotografos/saenz/indexsp.html

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