Un ambiente de pobreza es resaltado visualmente por la facilidad de la cámara para representar la belleza pura de las mujeres, usando su pictórica circunstancia como fondo de su sombría existencia. Nelemen devuelve su valor humano y hasta su atractivo a estas mujeres de todas edades, tipos y grados de atractivo físico, al centrar su visión en tener una respuesta específica para cada prostituta. Hace revelaciones de su maternidad, declive físico, tristeza permanente, expectativas frustradas, atascamiento social y dignidad.
Las mujeres también muestran disposición para ser fotografiadas y permiten a Neleman concentrarse en sus atributos físicos y zonas íntimas, como si fueran estrellas de un concurso de belleza de bajo presupuesto, filmado por un artista sofisticado y apasionado que se empeña en documentar y halagar sus cuerpos, sin importar si son bellas o no. Mujeres corpulentas, ataviadas en gasa transparente, con la barriga estirando sus pantaletas, toman las eternas poses de las actrices, bailarinas, putas y fotos pornográficas. Un curso de clases de representación impartido mediante las poses asumidas por estas mujeres, ya sea que retocen con sus amigos, sentadas en grave soledad o recostadas al estilo antiguo.
Neleman llena la brecha entre la concepción documental y el retrato posado rigurosamente. Neleman contiene la lástima para buscar una rara especie de erotismo compasivo.
Reverencia a éstas mujeres y en vez de construir sus vidas, construye una cargada pero segura ocasión para la colaboración, la confesión y la exposición.
Comentarios: hans@neleman.com
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