Antecedentes.- El físico François Arago anunció la invención del daguerrotipo en la Academia de Ciencias de París el 9 de enero de 1839 y la misma le autorizó el 19 de agosto de ese año a dar a conocer los secretos técnicos de la innovación. Para la obtención de imágenes se necesitaba contar con toda una serie de aparatos (cámara oscura; trípode; caja para el revelado), accesorios, productos químicos, e incluso un manual con las instrucciones. Era imprescindible contar con planchas de cobre plateado (donde se formaban las imágenes), y mercurio, para el revelado. La invención del daguerrotipo tuvo el efecto posterior de democratizar el retrato; las imágenes familiares que anteriormente sólo podían conservar aquellos cuya fortuna les permitía contratar los servicios de un pintor quedaron al alcance de un mayor número de personas. Pero inicialmente el daguerrotipo se utilizó para obtener vistas exteriores.
El viaje de L'Orientale
En diciembre de 1839 llegaron a Bahía (Brasil) y en enero de 1840 a Río de Janeiro, realizando varios daguerrotipos en ambas ciudades. La noticia de los mismos fue publicada en la edición del 8 de febrero de 1840 en el periódico El Nacional de la ciudad de Montevideo, lugar adonde llegó L'Orientale a fines de dicho mes. Allí el 29 de febrero en el salón de sesiones del Cabildo hubo una demostración a la que además de los presidentes de las Cámaras de Senadores y de Diputados y de otras personalidades uruguayas estuvieron presentes exiliados argentinos entre los que se encontraban Mariquita Sánchez de Thompson, Florencio Varela y el general Tomás de Iriarte. Tanto en cartas escritas por los dos primeros como en las memorias del último se relatan las impresiones que les dejara la experiencia.
Mariquita Sánchez en carta su hijo le cuenta sobre "la maravilla, la ejecución del daguerrotipo, una cosa admirable" y luego de describir el procedimiento dice que como resultado "ves la plancha con la imagen como dibujada con toda perfección y exactitud". Por su parte Varela la califica como "asombrosa invención ... que copia la naturaleza con una perfección inconcebible." Además, Varela publicó un artículo al respecto en la edición del 4 de marzo de 1840 del periódico El Correo de Montevideo en tanto en El Talismán se publicó, litografiado, el primer daguerrotipo en el Río de la Plata. Cuando Florencio Varela viajó a Europa en los años 1843 a 1845 conoció a Daguerre y adquirió una de sus máquinas con las cuales realizó en Montevideo daguerrotipos de sus parientes y amigos.
Por problemas en su salud al seguir viaje L'Oriental el abate Compte se quedó en Montevideo hasta 1847. En 1846 había hecho un daguerrotipo de Bartolomé Mitre que hoy día se encuentra en el Museo que lleva su nombre. La nave, que no había podido ingresar a Buenos Aires en razón de estar bloqueada por la flota francesa, prosiguió viaje hacia el sur y luego de atravesar el estrecho de Magallanes arribó a Chile pero cuando estaba camino a Lima el 13 de junio de 1840 se hundió pero se salvaron las personas que iban a bordo, una de las cuales tenía otra máquina de daguerrotipo que quedó en Chile.
El daguerrotipo en Perú
El daguerrotipo en PerúUna crónica periodística de septiembre de 1839 se refiere al daguerrotipo y en 1842 llegó al puerto de Callao el primer daguerrotipo con el que el italiano Máximo Danti instaló el primer estudio de la ciudad de Lima, según daba a conocer el diario El Comercio en un artículo publicado el 8 de julio de 1842.[6]
La mayoría de los daguerrotipistas que se establecieron en Perú eran franceses, entre 1842 y 1846 estuvieron en Perú: Philogone Daviette, A. de Lattre, N. Fournier y Fernando Lebleux, en torno a 1855 llegaron Amic Gazan y Emilio Garreaud que se trasladó a Chile en 1859. Entre 1846 y 1852 son los fotógrafos estadounidenses los que se establecieron, entre ellos se puede citar a J. Newland, Herman Husband, Arthur Terry o los hermanos Ward.
El modo de trabajo de los primeros fotógrafos era itinerante, casi nunca se establecían en una ciudad específica sino que a medida que iban cumpliendo con lo deseado, se cambiaban de ciudad o país para proseguir con su trabajo.
Retrato de un Eclesiástico Muerto. 1850.
Daguerrotipo, placa completa. 18.5 x 13.5cm.
Colección Museo de Arte de Lima.