Kodak, la caída del gigante de la fotografía
Kodak acordó pagar US$75 millones durante 20 años para tener su nombre en el teatro y recuperar el esplendor de su imagen. Sin embargo, su situación se recrudece y se venderán los derechos a otra empresa.
Sus cámaras y películas han captado el nacimiento de tres siglos, los rincones de conflictos armados y el vertiginoso avance de la tecnología que ahora podría firmar su epitafio. Kodak, el gigante de la fotografía de 131 años, está al borde la quiebra.
Las acciones de Eastman Kodak cayeron 18 centavos de dólar a un mínimo de 47 centavos, una caída del 28% que presagia lo peor para la centenaria compañía. La dramática situación de la empresa que sentó las bases de la fotografía con la invención del carrete en 1888, se acentuó después de que The Wall Street Journal publicara un informe que señala que Kodak se está preparando para acogerse al Capítulo 11 del Código de Bancarrota de EE.UU.
Después del liderar el mercado durante un siglo, la empresa comenzó a ser rebasada por firmas nuevas que se adaptaron más rápidamente a la fotografía digital. Y a pesar de que Kodak transformó sus productos y abrió nuevos mercados en sectores como la salud (la compañía elabora la mayoría de las películas para imágenes médicas), la alarma saltó el año pasado cuando sus directivos anunciaron que necesitaban recaudar US$500 millones para seguir operando en 2012.
La construcción de una leyenda
Después de que George Eastman inventara la palabra Kodak, una adaptación del sonido que producía su primera cámara, la empresa comenzó a crecer rápidamente al punto de ser conocida como El gigante amarillo.
Su evolución iba al ritmo del siglo XX: en 1900 presentó su primera cámara hecha de metal, la Folding Pocket, al precio de US$1; en 1957 la Brownie Star, una minicámara pionera de las digitales de la actualidad y la emblemática Instamatic de la que se vendieron más de 50 millones de unidades. Luego llegó la fotografía digital. La empresa se iba transformando pero la competencia era cada vez más feroz.
En el 2005 Kodak anunció que dejaba de fabricar película en blanco y negro y en 2009 hizo lo propio con su película en color más famosa, la Kodachrome, tras 74 años de producción. La situación se agravó el año pasado. En el tercer trimestre de 2011 la compañía reportó una pérdida de US$222 millones, su novena caída trimestral en los últimos tres años.
Estrategias de supervivencia
Kodak, con cerca de 25.000 empleados, ha tratado de ahuyentar el fantasma de la bancarrota vendiendo alrededor de 1.100 patentes, aproximadamente el 10% de su portafolio. Así mismo negocia con los bancos un préstamo de US$1.000 millones para mantenerla a flote cuando se acoja al Capítulo 11 de Bancarrota, señala The Wall Street Journal.
Analistas económicos creen que la clave para la supervivencia del gigante es que la compañía logre encontrar un comprador para sus patentes, valoradas entre US$2.000 millones y US$3.000 millones. La firma, subraya, que a pesar de los malos tiempos hay productos que han crecido hasta un 44% en ventas como su gama de impresoras o en escáneres para hospitales.
La crisis económica de la empresa, no obstante, es evidente. La organización de los premios Oscar que, durante la última década se han entregado en el Teatro Kodak de Los Ángeles, estudia abandonar el recinto en 2013 por los problemas de la empresa.
Sus cámaras y películas han captado el nacimiento de tres siglos, los rincones de conflictos armados y el vertiginoso avance de la tecnología que ahora podría firmar su epitafio. Kodak, el gigante de la fotografía de 131 años, está al borde la quiebra.
Las acciones de Eastman Kodak cayeron 18 centavos de dólar a un mínimo de 47 centavos, una caída del 28% que presagia lo peor para la centenaria compañía. La dramática situación de la empresa que sentó las bases de la fotografía con la invención del carrete en 1888, se acentuó después de que The Wall Street Journal publicara un informe que señala que Kodak se está preparando para acogerse al Capítulo 11 del Código de Bancarrota de EE.UU.
Después del liderar el mercado durante un siglo, la empresa comenzó a ser rebasada por firmas nuevas que se adaptaron más rápidamente a la fotografía digital. Y a pesar de que Kodak transformó sus productos y abrió nuevos mercados en sectores como la salud (la compañía elabora la mayoría de las películas para imágenes médicas), la alarma saltó el año pasado cuando sus directivos anunciaron que necesitaban recaudar US$500 millones para seguir operando en 2012.
La construcción de una leyenda
Después de que George Eastman inventara la palabra Kodak, una adaptación del sonido que producía su primera cámara, la empresa comenzó a crecer rápidamente al punto de ser conocida como El gigante amarillo.
Su evolución iba al ritmo del siglo XX: en 1900 presentó su primera cámara hecha de metal, la Folding Pocket, al precio de US$1; en 1957 la Brownie Star, una minicámara pionera de las digitales de la actualidad y la emblemática Instamatic de la que se vendieron más de 50 millones de unidades. Luego llegó la fotografía digital. La empresa se iba transformando pero la competencia era cada vez más feroz.
En el 2005 Kodak anunció que dejaba de fabricar película en blanco y negro y en 2009 hizo lo propio con su película en color más famosa, la Kodachrome, tras 74 años de producción. La situación se agravó el año pasado. En el tercer trimestre de 2011 la compañía reportó una pérdida de US$222 millones, su novena caída trimestral en los últimos tres años.
Estrategias de supervivencia
Kodak, con cerca de 25.000 empleados, ha tratado de ahuyentar el fantasma de la bancarrota vendiendo alrededor de 1.100 patentes, aproximadamente el 10% de su portafolio. Así mismo negocia con los bancos un préstamo de US$1.000 millones para mantenerla a flote cuando se acoja al Capítulo 11 de Bancarrota, señala The Wall Street Journal.
Analistas económicos creen que la clave para la supervivencia del gigante es que la compañía logre encontrar un comprador para sus patentes, valoradas entre US$2.000 millones y US$3.000 millones. La firma, subraya, que a pesar de los malos tiempos hay productos que han crecido hasta un 44% en ventas como su gama de impresoras o en escáneres para hospitales.
La crisis económica de la empresa, no obstante, es evidente. La organización de los premios Oscar que, durante la última década se han entregado en el Teatro Kodak de Los Ángeles, estudia abandonar el recinto en 2013 por los problemas de la empresa.
1 comentario:
La mayor parte de los comentarios acerca de Kodak han sido exageraciones: el cielo se está cayendo, el sueño americano está muerto, otra compañía clásica ha mordido el polvo. Iremos todos al infierno en patines y no hay nada que podamos hacer al respecto.
Después de todo, Kodak era un símbolo de tiempos mejores en una época en que la innovación y la invención de Estados Unidos parecía ser omnipresente. Sin embargo, aunque el objetivo de George Eastman -hacer que la fotografía "fuera tan conveniente como un lápiz" se ha logrado, e incluso superado- , Kodak no fue la empresa que aprovechó esta nueva omnipresencia.
Y así, con una mezcla de miedo y de alegría ante la desventura ajena, escuchamos a aquellos que hacen leña del árbol caído explicando qué salió mal y explicando cómo una empresa tan promisoria logró caer en la derrota ante las fauces de la victoria. Los rumores fundamentales son que Kodak perdió el momento. Al ser adictos a la película fotográfica, en realidad nunca pudieron (tomando prestada otra frase de una moda breve de estrategia) "cruzar el abismo" y liderar el creciente campo de la nueva fotografía digital.
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