Cada
vez que algún fotoreportero peruano viaja a cubrir algún suceso terrible, lo
usual es que los colegas de prensa lo animen entre sonrisas: «Tráenos un Word
Press Photo».
Y lo dicen sin mala
intención.
Quizá porque en sus cabezas la
fotografía periodística se ha convertido en solo una imagen agradable. O una
estética de la desgracia. Algo que sea capaz de ganar un
premio.
Lo cierto es que ahora tratar
de expresar una cierta visión sobre la realidad y mostrar sus necesidades y
deseos, parece quedar al margen. Evidenciar lo oculto en la sociedad, lo que no
está a flor de piel, ya no resulta tan importante. Resaltar los fenómenos
sociales y políticos de cierta cotidianeidad y reflejar sus contradicciones, no
sorprende a nadie. Denunciar y conmover a través de una imagen, ya no interesa.
Buscar nuevos horizontes, esperar a que lo latente se manifieste, formular
aquello que no puede decirse con palabras, todo eso, hoy, suena a tiempo
perdido.
Nosotros no pensamos lo
mismo.
Consideramos que la fotografía
periodística no debe verse necesariamente como arte aunque pueda despertar
admiración como tal: el poder de una imagen de prensa no radica sólo en su
estética, sino en su sentido mismo. Y ese sentido es el de conmover.
Provocar sensaciones en quien la observa. Evocar un suceso. Inquietar sobre lo
que no está bien. Sobrecoger con lo que sucede. Estimular hacia un
cambio. Se supone que esas eran las
funciones originales del fotoperiodismo. O al menos, las razones por las que se
practicaba en los medios de comunicación.
No reducir todo lo que
ocurriese en el mundo a un mero espectáculo.
Ni considerar su registro como
la prueba irrefutable de un hecho.
La propuesta del Proyecto NN
Fotógrafos no es inventar nada: solo rescatar ciertos ideales y
demostrar que todavía son posibles en un contexto de mucha tecnología y poca
esencia. No pretendemos fundar nuevas modas, ideologías o tendencias: solo
intentamos que los espectadores reflexionen a partir de algo.
Porque creemos que las personas
llevan impresas en la piel todas las imágenes de su realidad, y nuestra cámara
es un instrumento para apropiarse de algunas de ellas.
Informar. Sorprender. Renovar.
Ese es nuestro lema.
Dentro de todo esto, no solo
apostamos por una nueva fotografía periodística, sino también por el
fotodocumentalismo: a desacostumbrarnos del día a día y ser capaces de
investigar y profundizar en lo que está frente a nosotros todo el tiempo: que, a
través de reportajes de largo aliento, cada fotógrafo logre esbozar una
filosofía personal en su mirada.
Que encuentre un estilo propio.
Su voz.
Pero para que eso sea posible,
no basta con ser un especialista de la imagen: un fotoperiodista también debe
ser capaz de detallar lo que capta y su contexto. Lo que siente y lo que quiere
decir. La imagen periodística merece ser complementada con los nuevos
formatos: explicada también a través de sonidos y palabras. No hacerlo, a estas
alturas de la sociedad de la información, es tal vez actuar de manera
incompleta: desvalorar la capacidad del fotógrafo para contar historias. Quizá
en este punto radique la revolución periodística del siglo
XXI.
Entonces, ¿qué significado
tiene el nombre de NN Fotógrafos?
En principio, porque formamos
una sociedad de NN que son aquellos fotógrafos de prensa y documentalistas que
hacen posible una lectura diaria de lo que ocurre en el país sin más
motivo que sus ganas de mostrar nuestras formas de pensar y actuar.
Pero también porque NN son
aquellos fotógrafos que se contactan con nosotros para mostrar sus portafolios,
los que nos escriben a través de las redes sociales, las instituciones públicas
y privadas que nos apoyan y se interesan por nuestro proyecto. Y en especial, NN
son todas aquellas personas que apuestan por algo diferente y múltiple: que se
reconocen en las imágenes que mostramos. Todo eso nos motiva a intentar una
labor casi pedagógica y de opinión para los profesionales y público en general
que asiste a los conversatorios: es nuestra manera de sugerir un compromiso
explícito con nosotros mismos y nuestra realidad.
Ni ideas dogmáticas ni
insignificantes era lo que Roland Barthes proponía para afrontar épocas
complejas y confusas.
Así serán las propuestas del
Proyecto NN Fotógrafos.
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