Los criterios de los jurados de los concursos son como los designios de Dios, inescrutables. Los premios suelen dar lugar a discusiones estériles y absurdas, sobre si alguien lo merece o no.
El World Press Photo no es una excepción, aunque esté casi siempre fuera de toda sospecha. Este año la foto ganadora ha sido como un aldabonazo, una llamada de atención sobre las posibilidades expresivas de la fotografía, mas allá del testimonio directo, gráfico y generalmente sangriento que suele ser reconocido. Premiar una foto que no se entiende sin el pie es una osadía.
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Los criterios de los jurados de los concursos son como los designios de Dios, inescrutables. Los premios suelen dar lugar a discusiones estériles y absurdas, sobre si alguien lo merece o no.
El World Press Photo no es una excepción, aunque esté casi siempre fuera de toda sospecha. Este año la foto ganadora ha sido como un aldabonazo, una llamada de atención sobre las posibilidades expresivas de la fotografía, mas allá del testimonio directo, gráfico y generalmente sangriento que suele ser reconocido. Premiar una foto que no se entiende sin el pie es una osadía.
http://fotolios.blogspot.com/2010/02/ganadores-finalistas.html
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